¡Hola a todos! ¿Qué tal el comienzo de clase, universidad o trabajo? ¿Se os está haciendo muy dura la vuelta a la rutina? Ya os dije que los últimos días de vacaciones quise desconectar al 100%. Motivo por el que tengo los posts del viaje que hicimos a Europa Central algo atrasados. Meteré la quinta, adelantamiento por la izquierda y en un par de semanas, estaré al día con las publicaciones del blog, hahahah. Así que, empezamos ahora mismo. Hoy os vengo a hablar de Bratislava: nuestra segunda parada del viaje. El vídeo, como siempre, lo encontraréis al final. ¡Espero que os guste!
A orillas del Danubio se encuentra la pequeña capital de Eslovaquia: Bratislava (no supera el medio millón de habitantes). Sus dimensiones y el hecho de no ser excesivamente conocida (por lo menos en España) contribuyen a que no nos planteemos esta ciudad como destino. Sin embargo, os aseguro que su coqueto casco viejo, sorprendentes tradiciones y gastronomía eslovaca harán que vuestra estancia allí sea única, tranquila e inolvidable. ¡A mí me encantó! Hoy os aconsejaré cuántos días merece la pena pasar en la ciudad, os informaré de los lugares imprescindibles y os hablaré de los típicos platos eslavos.
PD: Para todos los que no hayáis leído el post de Viena, podéis clicar aquí y echar una ojeada al primer capítulo de nuestra aventura.
¿CUANTOS DÍAS DEDICAR A VISITAR BRATISLAVA?
Anteriormente os he comentado que a pesar de no tener gran fama, Bratislava es una parada obligatoria para todos aquellos que os estéis planteando hacer un viaje por centro Europa. Si bien opino que es imprescindible, también considero que no deberíais dedicarle más de dos días a esta ciudad: en 36h nos dio tiempo de sobra a visitar los lugares más turísticos (y eso que fuimos con calma). Es cierto que se pueden hacer excursiones a los alrededores, pero personalmente creo que el resto de capitales europeas merecen más la pena.
¿QUÉ VER o HACER EN BRATISLAVA? (en 1-2 días)
Estos son algunos de los sitios que vimos en la localidad. Obviamente hay muchos más, pero he querido reunir aquí mis favoritos:
CASTILLO DE BRATISLAVA
El castillo de Bratislava, vulgarmente conocido como “la mesa puesta del revés”, es todo un icono nacional. Fue construido entre el siglo IX y XVIII. No obstante, el 28 de mayo de 1811 sufrió un incendio y quedó completamente destruido. Hasta la década de 1950 el lugar quedó en ruinas. Después, el Gobierno tomó la decisión de reconstruirlo de manera integral.
Os voy a dar dos apuntes que creo que pueden resultaros prácticos. Lo primero es que podéis entrar dentro de la fortaleza. Por lo contrario, no os esperéis salas ni dormitorios reales, ya que, en la reconstrucción únicamente se quiso conservar el aspecto exterior. En segundo lugar, deciros que desde aquí se obtienen una de las mejores vistas de la capital. Disfrutar del atardecer en este lugar es todo un espectáculo.
RUTA A PIE POR EL CASCO ANTIGUO
Seguramente, el casco histórico de Bratislava es uno de los sitios más atractivos que he visto nunca. Mi recomendación es que dejéis de lado el Google Maps (o el mapa para los más conservadores), comencéis a callejear sin rumbo alguno y disfrutéis de sus preciosos edificios y fachadas.
PLAZA HLAVNE NAMESTIE
No cabe duda de que es la plaza más importante. Allí se encuentra el antiguo ayuntamiento y la Fuente de Maximiliano. Las casas de colores de estilo modernista y las cafeterías en la planta baja de estos hacen de él un rincón sereno, perfecto para descansar y tomar un helado, refresco, aperitivo…
IGLESIA DE SANTA ELISABETH
La joya de la corona modernista de la ciudad. Popularmente es conocida como la Iglesia Azul, creo que no hace falta explicar la razón de ello, jejejej. Monocromática por dentro y fuera, es famosa entre los prometidos que están buscando dónde casarse. Para que os hagáis una idea, la lista de espera es de 2 años. Como curiosidad os diré que en la ceremonia el cura, la novia y el novio suelen llevar prendas de este mismo color.
POSAR CON ESTATUAS
Caminando por las calles del centro, unas esculturas callejeras llamarán vuestra atención. Puede que las veáis, o quizás os encontréis un corro de asiáticos haciendo cola para poder sacarse un selfie junto a ellas. Sea como sea, es casi imposible dar una vuelta por la zona y no ver alguna. Yo también decidí posar junto a las estatuas, entre ellas: Cumil o Man at work, trabajador que se asoma por una alcantarilla, y con Schöne Naci, un ciudadano del siglo XX que se hizo famoso por llevar un sombrero de copa, que se quitaba para saludar a las damas.
SLAVÍN
Este monumento y cementerio está ubicado a pocos kilómetros de Bratislava. Fue construido en homenaje a todos los soldados eslavos que murieron en la Segunda Guerra Mundial. Concretamente, a todos los que en 1945 ayudaron a liberar la ciudad del ejército alemán. Podéis ir en un tren turístico o subir andando.
PASEO A ORILLAS DEL DANUBIO
A poco minutos del centro se encuentra el Danubio. Al igual que en Viena o Budapest, atraviesa la ciudad. Una buena idea es dar un paseo por el camino peatonal que va a la par del río.
GASTRONOMÍA ESLOVACA
Mi humilde experiencia puede aseguraros que la comida eslovaca no destaca para nada por ser ligera. De hecho, es todo lo contrario: frituras, platos muy contundentes, queso en todos los lados, servidos con mucha salsa... Vamos, que si queréis disfrutar de la gastronomía local, la operación bikini tendrá que esperar, hahahah. Los ingredientes más usados, a parte del queso (que ya os aviso yo: ¡se lo echan a todo!), la carne de caza, los productos lácteos, la col, harina y patatas están muy presentes en sus elaboraciones. Estos son dos de los típicos que os recomiendo probar:
BRYNDZOVÉ HALUŠKY
Sin duda, uno de los must try que no os podéis perder. Consiste en unos ñoquis de patata que sirven con queso de leche de oveja y bacon frito. Yo degusté el de Koliba Kamzík (restaurante tradicional muy recomendable). Aunque, en mi caso, los pedí sin carne, únicamente con queso. La primera combinación de ingredientes que os he comentado es la más común. De todos modos, en varios sitios veréis una amplia oferta de salsa para estos ñoquis.
CESNAČKA
Se trata de una sopa de ajo. En general las sopas, sean de lo que sean, son bastante frecuentes. Normalmente, las sirven dentro de una hogaza de pan (sin la miga, claro). De modo que, al terminar el interior, podéis comeros el pan.
Para finalizar, no podemos olvidar que Eslovaquia es un país con gran tradición vinícola, cervecera y, en general, de bebidas con bastante alcohol. Uno de los guías nos informó de que allí tienen un licor de 70º, al cual están completamente habituados. Para ser exactos, se puede encontrar en cualquier supermercados de la ciudad. También existen algunos de 90º y 95º.
Espero que os haya gustado y que os sea útil a todos aquellos que estéis planificando vuestro viaje a Europa Central. Os animo a ver el vídeo que grabé en Bratislava si es que todavía no los habéis visto.
¡Hasta el próximo post! 💘
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