¡Hola hola! ¿Cómo hay ido la semana? ¡Espero que fenomenal! El otro día, mientras andaba explorando por internet en busca de inspiración para nuevas recetas, encontré una preparación un tanto peculiar: la versión vegana de los huevos fritos. La cuestión es que, al igual que os habrá pasado a vosotros, mi reacción fue reírme: ¿Un huevo vegano? Vaya tela... Ahora bien, he de admitir que la curiosidad me picaba y sin esperanza alguna por el resultado, no pude evitar probar este plato. Para mi sorpresa, el no-huevo quedó con una apetencia muy similar al verdadero. Pero, lo que verdaderamente me fascinó fue su sabor, nunca hubiese dicho que tal cosa tan parecida se podría obtener de la unión de ingredientes vegetales. Como me gustó tanto (no solo a mí, también a todos los de la familia), decidí repetir la receta, para ahora sí, obtener una alternativa lo más parecida posible. Os aseguro que después de varios experimentos, he conseguido el huevo vegano definitivo. Os invito a probar esta receta, pues es una opción muy divertida de comer productos vegetales, muy rica y fácil; tanto para los que seáis veganos como para los que no. ¿No os pica la curiosidad por saber de qué está hecho?

Si queréis ver el paso a paso, no os olvidéis ver el vídeo que os he compartido al final del post. ¡Espero que os encante!

Os digo con total sinceridad que el sabor es muy muy similar al de huevo de gallina de toda la vida. El secreto está en uno de los ingredientes: la sal negra o Kala Namak. Como imaginaréis, no es la sal que encontramos en nuestras cocinas. Se trata de una sal no refinada originaria de la India. Su nombre se debe al color grisáceo causado por su origen volcánico. Dada su composición, este condimento consigue un aroma de huevo duro (esto ocurre por el sulfuro). Yo lo encontré en Veritas, una tienda ecológica que hay en Vitoria. Aunque, también he visto que hay en herbolarios, Amazon o grandes supermercados (como el del Corte Ingles). Y ya os digo que no, no tiene un precio desorbitado (el paquete ronda los 2 euros). ¡No hay excusa para no hacerse con este ingrediente!

Por otro lado, si bien en el título veréis huevos fritos, no se fríen, se hacen a la plancha. (La cosa es que, "huevos a la plancha veganos" no me parecía tan atractivo, puro marketing jajaj). Con esto quiero deciros que este plato bastante saludable, con muy poca grasa. Lo podíais preparar para acompañar un pisto, con unas patatas al horno, para integrar en una hamburguesa veggie o como toKe final de unas deliciosas tostadas con aguacate, tal y como os presento hoy.

Pequeño paréntesis antes de la receta: lo mejor es prepararlo sin expectativa alguna. Y así, sorprenderse con el resultado. Como os dije, estéis o no en un a plant-based diet, os animo a experimentar. Contadme luego en comentarios que os pareció...